viernes, 5 de agosto de 2011

REVOLUCION MEXICANA

REVOLUCION MEXICANA
La Revolución Mexicana fue un conflicto armado, iniciado el 20 de noviembre de 1910 con un levantamiento encabezado por Francisco I. Madero contra el presidente autócrata Porfirio Díaz. Se caracterizó por varios movimientos socialistas, liberales, anarquistas, populistas y agrarios. Aunque en principio era una lucha contra el orden establecido, con el tiempo se transformó en una guerra civil; suele ser considerada como el acontecimiento político y social más importante del siglo XX en México. En sus orígenes, las primeras tentativas revolucionarias, inspiradas por Francisco I. Madero, pretendían el derrocamiento de Porfirio Díaz, que se había mantenido en el poder durante más de treinta años. Tras el triunfo de los maderistas, la necesaria reconstrucción del país se vio dificultada por las disputas entre las propias facciones revolucionarias.

MEXICO POSREVOLUCIONARIA
Después del asesinato de Madero, hubo nuevas luchas en las que triunfó Venustiano Carranza, quien promulgó la constitución de 1917, paso decisivo para la organización del estado posrevolucionario. No obstante, los sectores más radicales de la revolución mantuvieron la lucha hasta 1920.Después de Lázaro Cárdenas, México entra a la etapa posrevolucionaria. Las características principales de este periodo son que el Estado va a ir rigiendo o dictando cada vez en menor grado el camino que tome en lo político y económico la nación.
En lo inmediato, las realidades y necesidades de la participación tanto de México como de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, y sus consecuencias, van a definir el desarrollo de la economía nacional

PORFIRIO DIAZ
Su nombre completo es José de la Cruz Porfirio Díaz nacio el 1830 y murio en 1915 Soldado y político mexicano, de ascendencia hispanoindia, nacido en Oaxaca y murió en París. A raíz de su encuentro con el dirigente liberal Benito Juárez, Porfirio Díaz abandonó la carrera eclesiástica por la de derecho (1845), que cursó en el Instituto de Artes y Ciencias de Oaxaca. La invasión de México por Estados Unidos llevó a Porfirio Díaz al Ejército. Demostró ser un competente jefe militar y alcanzó el grado de brigadier general (1863) después de apoyar la afortunada revuelta de Álvarez contra Santa Anna (1854) y la Guerra de la Reforma de Juárez (1855-61). En la Guerra de Intervención derrotó a Márquez y provocó la rendición de la ciudad de México (1867), poniendo fin al imperio de Maximiliano.Candidato a la presidencia por el Partido Progresista, Porfirio Díaz fue derrotado por Benito Juárez (1867). Dirigió una desafortunada revolución contra Lerdo de Tejada, sucesor de Juárez (1871), pero logró derrocarlo después de su reelección (1876).Siendo presidente provisional, Porfirio Díaz fue reelegido (1877) para el período que finalizaba en 1880. Aceptó la Constitución de 1857, que impedía su reelección, y aseguró la elección de González (1880), en cuyo gobierno fue ministro de Fomento. Elegido de nuevo presidente en 1884, consiguió por medio de enmiendas constitucionales mantenerse en el poder hasta 1910. Durante su gobierno realizó múltiples mejoras en México, si bien lo hizo a costa de vejaciones. Suprimió el bandidaje, reorganizó la hacienda pública, fomentó la industria nacional, la construcción de carreteras, ferrocarriles y líneas telegráficas y la agricultura; creó un sistema de enseñanza pública, mantuvo relaciones amistosas con las potencias extranjeras, dio a la nación una nueva posición internacional y atrajo capital extranjero para desarrollar sus fuentes de riqueza.

PROYECTO MODERNIZADOR
El presidente Carlos Salinas de Gortari profundizó la política de su antecesor, que en buena parte había sido diseñada por él desde la Secretaría de Programación y Presupuesto, a su cargo durante el gobierno de Miguel de la Madrid. La meta de su gobierno fue la modernización del país para incorporarlo a un mercado internacional cada vez más dinámico y abierto, y adecuarlo a las condiciones de la economía mundial: libertad de precios, apertura comercial, liberación de las relaciones laborales y disminución del papel del estado en la economía y en la sociedad. Para conseguir el paso de una economía de mercado cerrado y protegido a otra de mercado abierto al mercado internacional, Salinas tuvo que modificar las bases no sólo económicas, sino políticas y jurídicas del Estado mexicano. Privatizó la banca y procedió a la venta masiva de numerosas empresas paraestatales. En 1990 se renegoció la deuda externa con la banca internacional. Por medio de reformas a la Constitución, se dio un giro a la política gubernamental y al propio perfil del Estado. Por ejemplo, a través del artículo 130, se reconoció jurídicamente a las iglesias; y, con la reforma al 27, la más debatida, se modificó el régimen de propiedad en el campo y los procesos de organización y producción agrícolas. Con el cambio se transformó la propiedad social del ejido y la comuna en individual, permitiendo a los ejidatarios el derecho sobre sus parcelas, que podrían ser vendidas o rentadas a partir de la nueva legislación. Salinas de Gortari puso así fin a la Reforma Agraria tradicional y a la economía mixta, a las estructuras del antiguo modelo benefactor que había funcionado durante medio siglo. Como elemento compensatorio, instrumentó el programa asistencial y de promoción del desarrollo denominado "Solidaridad", de vasta repercusión en el medio rural y en los sectores sociales de mayor pobreza. Modificó los controles corporativos sobre la sociedad y dio paso al inicio de una competencia pluripartidista y a un cambio profundo en la relación entre Estado y sociedad. Con la firma del Tratado de Libre Comercio (1994), se hizo posible la inserción de México en el bloque económico más importante del mundo (Estados Unidos y Canadá) y se alcanzó una de las metas gubernamentales clave del período: establecer un nuevo modelo de desarrollo económico, de abierta competencia en el escenario internacional. El cambio en el modelo de desarrollo, si bien necesario, vulneró sectores nacionales de pequeña y mediana empresa que no estaban en condiciones de entrar en ese proceso de abrupta competencia externa. Por otro lado, al poner fin al cooperativismo, con frecuencia los trabajadores quedaron al margen de la protección del Estado y de sus propias organizaciones. El modelo planteó la necesidad de una política de estímulos a la industria nacional y de distribución del ingreso de mayor beneficio social.

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